Garabato

Siempre me pregunto ¿qué me pasará este día?...                 No siempre obtengo respuesta...

Millones de centésimas de tiempo estoy de mi último cambio, porque siempre se trata de estar, estar presente, estar enamorado, estar en camino a tu próxima meta, estar en movimiento pero también de estar ausente, estar alejado, estar en una profunda melancolía o un fracaso inminente y por tanto estar en recuperación de esos fragmentos que se derraman por el piso y que para seguir siendo en esencia porcelana, debo recoger.

Este tiempo ha sido de cambios, y con esto asimilo que soy una persona más de cambios inconstantes que de cambios ocasionales, la cual se ha acostumbrado a incitarlos que a recibirlos con sorpresa pero lo cual implica dejar atrás ciertas cosas, ciertas personas que vinieron en una etapa para forzar cambios y donde otras que representan afectos siguen estando a pesar de la lejanía para recordarme que los cambios que quiero acercarme más a mis propias expectativas, aunque estás sean grandes y que el alejamiento siempre es una manera de armonía para mi.

Es un tiempo de ser sigiloso, de ser cauteloso pero también de estar alerta porque ahora sé que no quiero escribir por solo escribir, de actuar por el mero hecho de no quedarme estático,  de amar por el instintivo deseo de repartir mi alma y deseos; quiero hacer todo lo anterior sin responder a razones ni dar explicaciones dando pie a un desarrollo interiorista que me sepa en algunos años y que no sea efímero como lo ha sido mucho sabores en mi vida; quiero que las tintes de todo me rocen y así saberme más como un Ric vacío de  cosas y no lleno de vacíos.

Porque principalmente soy una mezcla de amor y de olvidos, donde el amor va y viene y el olvido solo se queda...