Farewell



¿Si la gente tiene razón? Y cuanta razón tenía la gente... Las despedidas son el amargo dulzor.

Si la vida esta hecha de momentos exactos y de acciones inciertas,
¿A donde vamos cuando la verdad es relativa? Si el amor se transforma... o simplemente se bloquea, ¿En dónde terminamos finalmente? Nuestra vida pasa con millones de instantes que muchas ocasiones no gozamos y que anhelamos, pero cuando es momento de gozar, preferimos abandonar porque tal vez y solo tal vez es lo que deseamos. Cerramos puertas y nos alejamos porque es la manera más fácil de despedirnos de aquello que nos "lacera el alma".

Vivimos tan de prisa con el agobio, que no nos damos cuenta lo que hacen los demás por nosotros que seguimos abandonando el sueño por trivialidades materiales que a final de cuentas terminaran llenando espacios que poco serán utilizados.

Gozamos tan deprisa porque sentimos que el mundo se nos acaba, que el tren se nos va y que estos momentos queremos materializar algo que realmente esta vacío.

Amamos tan superficialmente que no nos cuesta dejar ir, que así como vamos venimos, simplemente con derramar lagrimas (de cocodrilo) para seguir nuestra vida y pasar al siguiente amor.

Hace poco una gran persona escribió algo para un evento medio. Pasamos de consumir productos en breve y en serie. ¿Acaso eso también nos pasó en el amor?
Estamos autoprogramados para ¿Amar y gozar en serie y en breve que esto no nos da la virtud de apreciar lo que tenemos?

Si las llegadas son hermosas, los adioses lo son un poco menos... o tal vez mucho. Porque las circunstancias son diferentes y porque finalmente, nosotros no somos en breve y en serie, iguales.

Sin preguntas, ni respuestas, solo hechos ¿Qué consecuencias pagamos cuando hacemos que el amor se nos acabe?

Y te fuiste sin decir adios, pero eres parte importante de nuestras vidas. Igor, cuídate mucho, Frida y yo te extrañaremos.

Dust & the city



En definitiva GDL es una zona de guerra, calles bombardeadas, banquetas destruidas, polvo por doquier y señales de relaciones pasadas.

Es sin duda, inevitable observar los cambios, sentirlos, aceptarlos y dejarlos ir; pero ¿Qué pasa con la gente y sobre todo, conmigo, cuando vamos cambiando? Si GDL es zona de guerra, nosotros no distamos mucho de ella, nuestras venas están bombardeadas, nuestra piel se destruye, los ojos y nariz se nublan, y el corazón deja de latir, solo un poco un poco menos de lo usual.

Es cierto, ahora GDL huele más a tierra mojada, pero creo que esto se debe a que de vez en vez, dejamos caer lagrimas por nuestro camino. Y aunque lastime, en ocasiones debemos ser como GDL, arrancarnos la piel, escarbar y escarbar, llegar al fondo, lucir deteriorados, ser menos artificiales y aceptar lo que sentimos, aunque después nos volvamos a poner esa mascara.

Sin peros, ni permutas, con convicción y atrevimiento, siendo concientes de nuestro existir, pero ¿Acaso lo que sentimos es el principio de algo?

A little bit of bits



Hoy me he dado cuenta de algo, mi hogar esta resquebrajado, los muros carcomidos, el piso opaco, ¿Mencione que mi hogar es mi corazón?

Simplemente es así como se ve, será soledad, tal vez tristeza, ó simplemente la realidad, pero es inevitable poder admitir lo que sucede en este momento. Si esa coraza que siempre nos creamos y que con el pasar del tiempo se hace más gruesa pero al mismo tiempo más frágil, ¿Será acaso que nosotros mismos cavamos nuestra propia tumba?

Pero pongamos las cosas en claro, para poder restaurar nuestra casa, se necesitan materiales que solo nos quitan unos cuantos pesos, ó tal vez muchos; sin embargo para restaurar nuestro hogar, léase corazón, tal vez perdamos la esperanza y mucho más.

Porque la hazaña es mucho más impotente que cualquier escalada física, o aventura submarina; el adentrarse en el corazón para averiguar cual es el daño ocasionado y su origen, puede llevarnos de regreso a un lugar muy distinto de donde creemos estar.

Pero entonces, si todos los días apostamos algo que sabemos que podemos perder y esto resquebraja nuestro interno ser ¿Por qué seguimos apostando?

Just another song...

¿A qué edad podemos decir que rompemos esas burbuja aislante que nuestros padre nos crean y comenzamos a percibir las vibras del mundo que a final de cuentas siempre será un Matrix?

Si la vida comenzó desde hace muchos decálogos y si el amor surgió como la necesidad cultural para socializar, ¿Entonces el destino de cada persona, se forja con el tiempo o simplemente es la necesidad de saber a donde nos dirigimos aunque esto sea relativo?

Esto es cierto y no solo en nuestra especie, hace, relativamente poco, escuche a una investigadora decir que lo único que hacemos de nuestra vida, es una gran coreografía, la cual no tiende a ser perfecta, pero si a repetir pasos aunque en diferente magnitud e intensidad, no en ejecución.

Todos los días hacemos las mismas cosas, tratamos de variar y sobresalir haciendo lo mismo y lo que indiscutiblemente tenemos que hacer y aunque tratemos de diversificar nuestra vida al parecer ya está pre destinada para cumplir una función; para recibir ciertas lecciones, y para enseñar conocimientos que a final de cuentas no nos pertenecen.

Y todo esto esta escrito en estrellas, en cartas y en lecturas que muchas veces nos llevan a vidas pasadas que nunca dejan de estar presentes, pero entonces ¿Dónde queda el libre albedrío? ¿Dónde están nuestras elecciones de vida y anhelos?

Pero si el mundo y nuestras vidas ya están trazadas en esta gran coreografía cotidiana con escenarios tan diversos, húmedos y áridos, donde la altitud y latitud existen gradualmente, solo queda preguntarme: ¿Somos humanos o somos bailarines?