No hay Marcha en Nueva York

Te extraño,

Te extraño y ni yo mismo me doy cuenta de ello. Sé que es tarde para reparar lo que hice y por reparar quiero decir, estar contigo, platicar, pelear y quererte.

No hay manera de que las cosas cambien y te extraño, de una manera que solo me lleva a la resignación; esa palabra que solo escuchaba decir a las personas grandes. Y resulta que ya soy grande y sin darme cuenta, me resigno a extrañarte, a no verte, a pensar en ti y saber ya no hay un abrazo, un beso o algo con lo cual me sienta protegido; no hay y no habrá.

Te extraño mucho y lo digo con ganas de llorar, porque ahora me siento desprotegido, no como antes, donde estropeaba cosas y me sabia protegido. Hoy ya no, me siento disperso, volátil y ajeno, como algo que no tiene un cobijo.

Te extraño, aunque no espero que tu me eches de menos.