Just another song...

¿A qué edad podemos decir que rompemos esas burbuja aislante que nuestros padre nos crean y comenzamos a percibir las vibras del mundo que a final de cuentas siempre será un Matrix?

Si la vida comenzó desde hace muchos decálogos y si el amor surgió como la necesidad cultural para socializar, ¿Entonces el destino de cada persona, se forja con el tiempo o simplemente es la necesidad de saber a donde nos dirigimos aunque esto sea relativo?

Esto es cierto y no solo en nuestra especie, hace, relativamente poco, escuche a una investigadora decir que lo único que hacemos de nuestra vida, es una gran coreografía, la cual no tiende a ser perfecta, pero si a repetir pasos aunque en diferente magnitud e intensidad, no en ejecución.

Todos los días hacemos las mismas cosas, tratamos de variar y sobresalir haciendo lo mismo y lo que indiscutiblemente tenemos que hacer y aunque tratemos de diversificar nuestra vida al parecer ya está pre destinada para cumplir una función; para recibir ciertas lecciones, y para enseñar conocimientos que a final de cuentas no nos pertenecen.

Y todo esto esta escrito en estrellas, en cartas y en lecturas que muchas veces nos llevan a vidas pasadas que nunca dejan de estar presentes, pero entonces ¿Dónde queda el libre albedrío? ¿Dónde están nuestras elecciones de vida y anhelos?

Pero si el mundo y nuestras vidas ya están trazadas en esta gran coreografía cotidiana con escenarios tan diversos, húmedos y áridos, donde la altitud y latitud existen gradualmente, solo queda preguntarme: ¿Somos humanos o somos bailarines?

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