I don't want to break your heart

No hay duda de que uno no escoge a la familia...

Durante mucho tiempo, o lo que puedo recordar de mi niñez y adolecencia siempre quise tener una familia unida, o lo que se pudiera rescatar de ella. Hoy que la puedo tener, disfrutar y demás creo que ya no me interesa tanto. Soy bicho raro y con este post corro el riesgo de caer mal a muchas personas pero mi capacidad de dar a mi familia en este momento no existe. No me interesa pasar tiempo con mis sobrinos, con mis hermanos y aunque suene fuerte, no me interesa pasar tiempo con mi madre... -querido lector si a esta altura del blog no le gusta lo que ha leido, le recomiendo que pare aquí, cierre esta pestaña y continúe el resto de su día-...

Contrario a lo que muchas personas hacen o viven, yo vivo solo porque no me gusta estar con mi familia, porque ellos ya tienen su vida y porque las elecciones que he tomado me han transformado mi forma de pensar. Ya no soy de esos gays que toman en cuenta a su madre para actuar, que consideran a su familia como parte vertical de la existencia local.

Los amo mucho pero hay algo que no me queda claro ¿por qué tengo que ser yo el que siempre se tiene que acercar para hacerlos sentir bien? ¿qué no se trata esto de una democracia donde lo que uno quiere lo busca?

Soy un bicho raro en esta ciudad madreada, pero no me siento mal porque finalmente he estado haciendo lo que me gusta, cuando lo quiero hacer y sin complicaciones, porque para esto último están todos los demás que contribuyen a complicar las cosas. Y aunque esto pueda ser pasajero, me gusta, porque finalmente puedo ser yo sin mascaras y decir la verdad pensando en mi por primera vez, pero solo queda una pregunta ¿el amor que suele decir mi familia por mi, los hará entender que cada uno tomo sus decisiones para bien o para mal?...

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