Desde hace algunas semanas un tema ha estado en boga de todos (periódicos, redes sociales, televisón, radio y de boca en boca)"El bullying" por homofobia.
Leyendo varios blogs, columnas de periódicos y comentarios en general hasta ahora quería verme imparcial y no emeitir ninguna opinión, pero en este momento me siento con coherencia en mi cabeza para hacerlo.
Nunca fui niño abusado, no fui niño amanerado y mis compañeros malos, ni eran tan malos y algunos de ellos eran mis amigos, eso si, existía el niño jotito en mi salón al cual echabamos carrilla y del cual también defendiamos; eramos un grupo bastante heterogeneo, creo yo, pero con sus similitudes.
De una época para hoy, he escuchado decir como es ofensivo referirse a alguien como "joto, puto, marica, rarito et. al". Recuerdo como esto antes me ofendía, me indignaba y hasta laceraba mi autoestima, hoy creo que nada de esto mella a mi persona. Si, soy joto, puto, marica, mariposón, rarito et. al y mi trabajo me ha costado; en cambio si me dijeran que soy, imbécil, pendejo, estupido entro otros, creo que si chistaría porque no soy nada de eso.
Y aunque en la ciudad del pecado no ha trascendido esto, creo yo, por cuestion de moral, sin embargo en otras zonas geográficas, el refierirse a nosotros de manera despectivo es de admiración, por lo que yo insisto: solo podemos sentirnos indignados cuando se refieran a nosotros de una forma que no nos identifique como homosexuales. Con esto no quiero decir que estoy de acuerdo con el abuso, al contrario creo que cuando se comete una injusticia debemos guiarnos por la inteligencia y no con agresión, pero cuando hay palabras necias, debemos tener oídos sordos.
Si de algo sirve para terminar este post es: "Cuando les comunique a mi familia que era gay, en ningún momento pedí aceptación, solo respeto porque yono era quien para exigir algo que tal vez ellos nunca podrían comprender" y creo que eso es algo por donde podríamos comenzar, respetar y no confundirlo con aceptación porque las circunstancias de cada individuo son diferentes para asimilar los diferentes estilos de vida que existen incluso en nuestra familia.
Leyendo varios blogs, columnas de periódicos y comentarios en general hasta ahora quería verme imparcial y no emeitir ninguna opinión, pero en este momento me siento con coherencia en mi cabeza para hacerlo.
Nunca fui niño abusado, no fui niño amanerado y mis compañeros malos, ni eran tan malos y algunos de ellos eran mis amigos, eso si, existía el niño jotito en mi salón al cual echabamos carrilla y del cual también defendiamos; eramos un grupo bastante heterogeneo, creo yo, pero con sus similitudes.
De una época para hoy, he escuchado decir como es ofensivo referirse a alguien como "joto, puto, marica, rarito et. al". Recuerdo como esto antes me ofendía, me indignaba y hasta laceraba mi autoestima, hoy creo que nada de esto mella a mi persona. Si, soy joto, puto, marica, mariposón, rarito et. al y mi trabajo me ha costado; en cambio si me dijeran que soy, imbécil, pendejo, estupido entro otros, creo que si chistaría porque no soy nada de eso.
Y aunque en la ciudad del pecado no ha trascendido esto, creo yo, por cuestion de moral, sin embargo en otras zonas geográficas, el refierirse a nosotros de manera despectivo es de admiración, por lo que yo insisto: solo podemos sentirnos indignados cuando se refieran a nosotros de una forma que no nos identifique como homosexuales. Con esto no quiero decir que estoy de acuerdo con el abuso, al contrario creo que cuando se comete una injusticia debemos guiarnos por la inteligencia y no con agresión, pero cuando hay palabras necias, debemos tener oídos sordos.
Si de algo sirve para terminar este post es: "Cuando les comunique a mi familia que era gay, en ningún momento pedí aceptación, solo respeto porque yono era quien para exigir algo que tal vez ellos nunca podrían comprender" y creo que eso es algo por donde podríamos comenzar, respetar y no confundirlo con aceptación porque las circunstancias de cada individuo son diferentes para asimilar los diferentes estilos de vida que existen incluso en nuestra familia.
1 comentarios:
Qué curioso que justamente haya abarcado ese tema yo en mi última entrada.
Creo que es un tema que se ha visto mucho en la sociedad tapatía en los últimos meses, y que ha sido objeto de controversia, debido a las ideas -me propongo a suponer- respecto a que un niño hijo adoptado de homosexuales, va a ser principal enfoque para los denominados "bullys".
Siendo sincera, con lo poco o mucho que conozco del tema (según la percepción del que lea esto y pueda crear su juicio), creo que el niño hijo de homosexuales tiene las mismas oportunidades -desafortunadamente- de ser objeto de bullys que cualquiera del resto.
Actualmente, los prejuicios salen de la boca y los actos de los niños como vómito evidentemente incontrolable. Esto, no culpa de ellos, sino de la pésima educación.
Cualquiera que sea diferente, cualquier 'rarito', es objeto de burla. No importa si es porque eres pelirrojo, moreno o 'joto'. No importa si es porque tu papá es fontanero o si tu mamá se prostituye: Se van a burlar de ti.
Creo que, al final, de todos nos burlamos alguna vez. Todos fuimos burlados cuando menos, una vez.
Como dices tú, no te afectó aquellos comentarios peyorativos de niños con pésima educación y deplorable pero comprensible ignorancia; no te afectó por tu educación, la de tu casita.
El bully es incontrolable mientras no haga hincapié en la educación tanto por parte de los padres como de la escuela: No se trata de que cambies al bully en sí, no a estas alturas, sino que cambies la forma en que tu hijo podrá lidiar con las heridas que le puede provocar tal.
Bonita reflexión; qué padre que lo compartas así nomas.
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