I could be dreaming


Comenzado con una lectura filosóficamente acuñada, me he dado cuenta que estoy atrapado entre dos saberes: el occidental típico de GDL y el ambiental el cual estoy descubriendo gracias a mi trabajo. Entiendo que no será una lección fácil de asimilar, cambiará mi perspectiva un poco más de lo que con los años han cambiado muchas otras letras mundiales. Pero mientras ese momento final llega, me dí cuenta que he sucumbido al occidentalismo y me dejé llevar por la felicidad que en esta época solo cuesta a mitad de precio.

Ya que en las rebajas y en el amor todo se vale, descubrí que soy totalmente palacio®, no lo pude negar y aunque pequé por un momento supe donde encontrar la felicidad.

Al contario del consumismo que se vive en la ciudad del pecado, incluso en la reciente crisis, yo no contribuyo con mucha frecuencia a que la economía de esta metrópoli corrompida no se desmorone; BCB dice que se pueden tener ideales y principios pero siempre aspirando a más, argumento que no pude contradecir.

Finalmente no gasté tanto como se puede pensar, pero a eso se le llama mesura, pero no porque sea tacaño sino por las rebajas de los otros congales vestuarios y eso implica una distribución adecuada de las arcas para un guardarropa versátil.

Definitivamente caigo en cuenta que si sucumbí a los goces textiles post-estacionales es por que sé que pasara algún tiempo (espero que no mucho) para abrir mi cartera, pasar la tarjeta, acudir al cajero ó el método más hacedero y fenecer a la vanguardia que GDL me convida , pero la pregunta es: ¡al legar ese momento seré la persona pueril que la sociedad tapatía pudiese pensar de mí o simplemente los ideales serán flexibles y gozosos andaremos al palacio?

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