Por fin terminando un libro más este año y platicando con mi madre, descubrí que si hay más personas de lo que pensé, que leen mi blog y que no soy tan malo; y aunado a esto, la imagen que cada uno tiene de sí mismo: esto creado por los conceptos de imagen de los que me provee esta ciudad pecaminosa y por la imagen que yo me he construido.
Lo que me hizo pensar, en la imagen que cada uno se ha construido de uno mismo, y si esta coincide con la que las personas tienen y con la verdadera (que es más que nada subjetiva). El día de hoy recordé un escrito, con respecto a esa visualización, que el año pasado hice en el borde de la marcha ’08 y sus verdaderas intenciones y como todo esto tenía que ver con mi auto-percepción.
Este año cambió un poco, se volvió más político que altanero y combatiente; ya que no sé si solo sea mi sentir, pero en ocasiones los gays nos sentimos amenazados por el mundo hetero y en lugar de converger, combatimos y agredimos en sustitución de acuerdos que concomiten nuestras vidas.
Eso pensaba el año pasado, que escuchaba la palabra combatir, pero nunca escuchaba contra quien, escuchaba el defendernos, pero nunca de quien… aunque siempre cayendo en cuenta a quien se referían. Y reitero mis palabras al decir que si parece que son cabos sueltos, están más unidos de lo que se leen.
El libro que acabo de terminar habla sobre los simbolismos de la identidad aterrizados en los alimentos que consumismos y como eso nos da cierta proyección; el punto al que quiero llegar es ¿qué tanto nos definimos por ser hombres, gays, alumnos, obreros, idealistas, exhibicionistas y entre muchas tantas y que tanto somos y logramos lo que queremos ser?
Si de niños teníamos una estructura social trazada, llegamos a romperla para crear nuestra propia plataforma con los perfiles deseados, como un gran gaydar.co.uk y es donde en ocasiones la percepción por este rompimiento nos hace titubear no de nuestra sexualidad, sino de nuestra proyección hacía el mundo, porque si bien en los 11 años de ser gay que no es necesario anunciar nuestra sexualidad, bien lo hacemos con nuestra profesión, nuestra edad y nuestros gustos.
Pero si esa auto-percepción esta creada pero el entorno tapatío mocho y doble cara donde nuestro inconformismo esta presente ¿por qué somos participes y jugamos a las escondidas cuando salir del closet es más divertido?
Lo que me hizo pensar, en la imagen que cada uno se ha construido de uno mismo, y si esta coincide con la que las personas tienen y con la verdadera (que es más que nada subjetiva). El día de hoy recordé un escrito, con respecto a esa visualización, que el año pasado hice en el borde de la marcha ’08 y sus verdaderas intenciones y como todo esto tenía que ver con mi auto-percepción.
Este año cambió un poco, se volvió más político que altanero y combatiente; ya que no sé si solo sea mi sentir, pero en ocasiones los gays nos sentimos amenazados por el mundo hetero y en lugar de converger, combatimos y agredimos en sustitución de acuerdos que concomiten nuestras vidas.
Eso pensaba el año pasado, que escuchaba la palabra combatir, pero nunca escuchaba contra quien, escuchaba el defendernos, pero nunca de quien… aunque siempre cayendo en cuenta a quien se referían. Y reitero mis palabras al decir que si parece que son cabos sueltos, están más unidos de lo que se leen.
El libro que acabo de terminar habla sobre los simbolismos de la identidad aterrizados en los alimentos que consumismos y como eso nos da cierta proyección; el punto al que quiero llegar es ¿qué tanto nos definimos por ser hombres, gays, alumnos, obreros, idealistas, exhibicionistas y entre muchas tantas y que tanto somos y logramos lo que queremos ser?
Si de niños teníamos una estructura social trazada, llegamos a romperla para crear nuestra propia plataforma con los perfiles deseados, como un gran gaydar.co.uk y es donde en ocasiones la percepción por este rompimiento nos hace titubear no de nuestra sexualidad, sino de nuestra proyección hacía el mundo, porque si bien en los 11 años de ser gay que no es necesario anunciar nuestra sexualidad, bien lo hacemos con nuestra profesión, nuestra edad y nuestros gustos.
Pero si esa auto-percepción esta creada pero el entorno tapatío mocho y doble cara donde nuestro inconformismo esta presente ¿por qué somos participes y jugamos a las escondidas cuando salir del closet es más divertido?
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